Actualmente se consume en España una media de 9,7 gramos diarios, el doble de lo recomendado por la OMS. Se considera que el 87,5% de la población consume más sal de la recomendada y que ésta se ingiere de forma mayoritaria a través de la alimentación.
Una reducción de la ingesta de sal en la población desde los 10 g/día actuales a 5g/día (reducción del 50%) evitaría cada año unos 20.000 accidentes cerebrovasculares y unos 30.000 eventos cardiacos, en una estimación conservadora, y se obtendría un ahorro de millones de euros.
En este Plan, como objetivo intermedio entre el consumo actual y el máximo recomendado por la OMS de 5 g/día, se ha propuesto reducir la ingesta de sal a 8,5 g/día en el año 2014.
La mayoría de los factores de riesgo asociados a este tipo de enfermedades están estrechamente relacionados con una alimentación inadecuada y una deficiente práctica de actividad física.
La hipertensión arterial es responsable de más de la mitad de los casos de ictus y del 45 % de los infartos cardíacos, y afecta a unos 10 millones de españoles.
La reducción del consumo de sal en la población es una de las formas más sencillas y coste-efectiva de reducir la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y las cerebrovasculares.