viernes, 28 de agosto de 2009

HAMBRE O APETITO ¿ES LO MISMO?

Estas sensaciones son diferentes entre si y se encuentran reguladas por distintos factores...

Al apetito lo definimos como el deseo consciente de comer, que puede ser especifico, se adquiere por experiencia. En cambio el hambre es un estado primitivo, no aprendido, asociado a cambios psíquicos (irritabilidad, tensión), manifestaciones vegetativas (vacío epigástrico, nauseas, etc.). Es decir, el hambre es la necesidad del organismo de alimentarse, mientras que el apetito son las ganas de comer algo específico, antojos, aun en estado de saciedad o sin hambre.

¿Como regularlos?

La regulación del apetito y el hambre ocurre principalmente en un órgano llamado hipotálamo a nivel del sistema nervioso central el cual secreta sustancias que estimulan (dopamina por ejemplo) o inhiben el apetito, así como también la saciedad (serotonina) (según algunos autores la aparición de la sensación de hambre se debe mas por una estimulación o inhibición de la saciedad mas que por factores que regulen el hambre). Pero no solo intervienen sustancias sino que también existe una regulación del hambre a nivel de los órganos como por ejemplo la plenitud gástrica que frena el hambre. Este es el punto de justificación de porque se indican caldos o sopas por ejemplo a personas con sobrepeso u obesidad, volúmenes de comidas elevados, ya que la sensación de plenitud a nivel gástrico contribuirá a frenar el hambre de estos pacientes.

Otros órganos que intervienen son el intestino a través de la absorción de alimento y la secreción de insulina por medio del páncreas. También existen numerosas sustancias liberadas por el intestino que regularían el hambre como la colecistoquinina.
También existe una regulación del hambre a través del tejido adiposo, dependiendo de si este debe o no movilizar reservas.

Con respecto al apetito, como se dijo anteriormente, es el deseo consciente de comer y puede observarse una conducta "apetitiva" que esta vinculada a tradición, costumbres, preferencias, prestigio, religión, científicas o por razones biológicas.
Los hábitos alimentarios son los que influyen directamente sobre el apetito. Algunos hábitos pueden ser sensoriales como el aroma, aspectos del plato, socioculturales (como la disponibilidad de alimentos), económicos, de comportamiento (tradición, prejuicios, valor social, errores populares, moda, etc.).

Muchos hábitos suelen ser incorrectos, y sobre este punto debe trabajarse para una adecuada selección de alimentos para saciar el apetito y que no ocurran desfazajes en la alimentación que puedan conducir a alteraciones del estado nutricional ya sea por exceso (sobrepeso) o por déficit (anemias por ejemplo).

Debemos alimentarnos para saciar el hambre y proveer a nuestro organismo de los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y mantenimiento del mismo.

Causas del hambre

El hambre puede ser también un síntoma de enfermedad si comiendo no se satisface, o si está acompañada de otros síntomas como cambios de peso inusuales, requiere que el paciente visite al médico.
Existe una gran variedad de condiciones que pueden originar trastornos en el hambre. Algunas son de naturaleza fisiológica y otras son psicológicas, e incluso una combinación de ambas. Es muy importante consultar al médico en cuanto se inicie alguno de estos.

Los más comunes son:

  • Bulimia. Es un trastorno alimenticio caracterizado por comer en exceso y, a continuación inducir el vómito o usar purgantes para no engordar. Afecta a principalmente a mujeres desde la adolescencia hasta los 30 años, pudiendo durar varios años. Puede ser mortal.
  • Anorexia. Consiste en limitar voluntariamente la ingesta de nutrientes principalmente por razones "estéticas", quedando la víctima en riesgo de sufrir avitaminosis o desnutriciones severas. Puede llegar a ocasionar la muerte. Se presenta principalmente en mujeres desde la adolescencia hasta los 30 años.
  • Fibrosis quística. Es una enfermedad hereditaria que aparece en la niñez, provocada por la disfunción de las glándulas que producen moco, saliva y sudor. Estas producen una mucosidad densa que bloquea los pulmones produciendo tos crónica. También hay obstrucción del flujo de algunas enzimas del intestino delgado por lo que el niño no puede metabolizar y digerir bien la comida, presentando un apetito voraz, gran consumo de comida y hambre persistente.
  • Depresión. Los problemas emocionales determinan cambios en los patrones alimenticios. Resolviéndose el problema emocional estos mejoran, sin embargo, entre los principales síntomas de la depresión clínica se encuentran cambios persistentes en los patrones alimenticios.
  • Medicamentos. Ciertos medicamentos pueden producir cambios en el apetito, por ejemplo, si se toman corticosteroides se siente hambre voraz; por eso quienes toman esos medicamentos aumentan de peso. Las anfetaminas reducen el apetito, pero crean adicción.
  • Estrés. Cuando se encuentran sujetas a grandes niveles de estrés, algunas personas pierden el apetito y dejan de comer, situación que se regulariza al desaparecer el estrés. En ciertos individuos, por el contrario, al someterse a estrés incrementan su apetito, comiendo compulsivamente.

Como las causas son diversas, es difícil establecer un patrón de signos y síntomas. Lo mejor es asistir al médico si los hábitos alimenticios cambian sin razón aparente, si se experimentan trastornos digestivos y si comer, o dejar de hacerlo le causa irritabilidad o inquietud.

Tratamiento y asistencia

El proceso de hambre es una situación fisiológica desencadenada por el propio organismo para avisarnos de la necesidad de tomar alimentos para compensar las necesidades energéticas del cuerpo. Para subsanar estos problemas bastará con la ingesta de alimentos. Otros procesos patológicos (bulimia, anorexia, obesidad) pueden requerir: Dietas, Psicoterapia, Medicamentos, Cirugía.

Siempre que exista aumento o disminución del hambre debe consultarse con el medico ya que puede encontrarse alguna enfermedad que sea la causante de este padecimiento (diabetes, hipertiroidismo). También visite al médico si pierde o gana peso de manera intempestiva.

Debe mantenerse una alimentación suficiente, variada y cuidando que sea equilibrada y percatándose de los excesos para evitar otras enfermedades.

La información presentada en este espacio es solo de carácter general y educativo. En ningún caso dicha información reemplaza la atención del profesional de salud que corresponde o el diagnóstico o tratamiento de una enfermedad determinada.