sábado, 10 de octubre de 2009

BEBER AGUA ES IMPORTANTE E IMPRESCINDIBLE PARA NUESTRA SALUD



El cuerpo del hombre está constituido por un 60% a un 70% de agua, mientras que el de la mujer, debido a su alto contenido en grasa, alcanza entre el 55% y el 65%.


Pero quienes presentan el porcentaje más sorprendente son los bebés, con un volumen de agua del 75%. Está demostrado que la capacidad de rendimiento cae en picado si la ingesta de líquidos es insuficiente. Basta con una carencia de fluidos equivalente al 2% del peso corporal para que dicha capacidad comience a disminuir, lo que puede ocasionar trastornos en la concentración, la atención y la memoria..

La necesidad de ingerir dos litros diarios de líquido responde al hecho de que el organismo elimina precisamente esa cantidad cada día a través de la piel, los pulmones, la vejiga y los intestinos. Dado que el agua es el componente más importante del cuerpo, éste no puede funcionar sin el aporte correspondiente durante más de tres días.

Los encargados de regular el volumen corporal de líquidos son la piel y los riñones. La transpiración permite mantener una temperatura interna constante de 37° centígrados, mientras que los riñones se ocupan de filtrar las sustancias nocivas para el organismo y los desechos metabólicos de la sangre, y de eliminarlos a través de la orina.

La ingesta insuficiente de fluidos acarrea efectos secundarios importantes: el plasma sanguíneo y el volumen de sangre se reducen. Como consecuencia, disminuye también el flujo de sangre que llega al corazón y con él, el riego sanguíneo y el aporte de oxígeno a todo el organismo. La carencia de agua dificulta, por tanto, el funcionamiento normal de la circulación sanguínea, los músculos, el cerebro y otros órganos. Un síntoma claro es el cansancio, que a largo plazo puede derivar en trastornos circulatorios y estreñimiento.

Resulta asimismo fundamental lograr el equilibrio adecuado entre la ingesta de líquidos y el aporte en sodio y otros electrolitos, como el potasio. Por lo general, una dieta normal nos aporta los electrólitos necesarios; sin embargo, en condiciones de fuerte calor o de actividad física excesiva, es indispensable aumentar el aporte de estas sustancias, y sobre todo de sodio, en forma de sales.

La pérdida de líquidos tiende a aumentar considerablemente en las personas que realizan una actividad física intensa, o cuando el clima es caluroso. En estos casos, si la ingesta de líquidos no es proporcional, la sudoración disminuye, lo que provoca un sobrecalentamiento y otros trastornos físicos derivados del exceso de temperatura. Las personas que residen en zonas altas o de clima frío también necesitan beber más.