sábado, 28 de noviembre de 2009

¿ SON NECESARIOS LOS ALIMENTOS LIGHT EN NUESTRA ALIMENTACIÓN ?

En el mercado son muchos los alimentos tradicionales que tienen su versión baja en calorías.

En personas que se encuentran en buenas condiciones de salud no está justificado recurrir a este tipo de alimentos.


Sin embargo, se los considera adecuados para quienes deben limitar el aporte energético en su alimentación o la cantidad de grasas y/o azúcares, debido a que sufren algún trastorno o enfermedad.

No obstante, la excesiva preocupación por la imagen corporal que viene produciéndose en los últimos años hace que estos alimentos ingieran en exceso o de forma innecesaria, lo que aumenta el riesgo de desequilibrios nutricionales.

¿Los alimentos light adelgazan?

El hecho de que aparezca en los envases la palabra "light", "sin azúcar añadido", "bajo en grasas" o mensajes similares, no significa que sean adelgazantes.

La manera más eficaz en la que se pierde peso o se "adelgaza" es llevando a cabo una dieta correctamente diseñada junto con la práctica de ejercicio físico.

Lo cierto es que el consumo de alimentos light no es indispensable, y no es preciso recurrir siempre a ellos para reducir el contenido energético de la alimentación.

Es verdad que su aporte de calorías por lo general es menor respecto a los alimentos convencionales a los que imitan, pero esto no los convierte en adelgazantes.

La reducción en el aporte energético de estos alimentos suele hacerse a expensas de los hidratos de carbono y de las grasas, reduciendo la cantidad de estos o bien sustituyéndolos por sustancias como edulcorantes y sustitutivos de grasas respectivamente.

La mayoría de los consumidores que leen en el envase los citados mensajes cree con seguridad que se trata de un alimento con un aporte energético considerablemente inferior, pero si se abusa de la cantidad de consumo, sus efectos resultan completamente contrarios a lo que se busca, produciendo incluso aumento de peso.

Hay veces que el valor energético de estos alimentos es mayor incluso.

¿Los alimentos light entrañan riesgos?

Si se abusa de su consumo o se hace un uso indiscriminado de los mismos en la dieta, aumenta el riesgo de desequilibrios nutricionales y puede alterar el estado de salud.

Las grasas y los azúcares son nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo, consumidos sin exceso ni defecto.

Si se sustituyen muchos de los alimentos convencionales por sus versiones light puede haber riesgo de carencia de nutrientes esenciales.

El organismo no puede producir por sí solo alguno de ellos, más aún si el conjunto de la dieta no está correctamente diseñada. La grasa es vehículo de ácidos grasos esenciales (linoleico y linolénico) y de vitaminas liposolubles o solubles en grasa (A, D, E, K), que cumplen funciones de gran importancia en nuestro organismo.

Por otro lado, si se consume poca cantidad de hidratos de carbono, el normal funcionamiento del organismo también puede verse alterado. Esto último sucede si se suprimen o limitan al máximo alimentos ricos en hidratos de carbono como cereales y derivados (pasta, pan, biscotes, etc.), patatas, legumbres, verduras y frutas, dulces. Y la situación se agrava si a ello se suma el empleo de alimentos "sin azúcar". Esto ocasionaría pérdidas de otras reservas corporales, puesto que el organismo las emplearía como fuente de energía debido a la carencia de hidratos de carbono, nuestro principal combustible energético.

No por ser light se puede tomar el doble

Debido a que el consumidor desconoce por lo general los ingredientes y la composición energética y nutricional de los alimentos light, puede suceder que si habitualmente ingiere una cucharada sopera de mayonesa, por ejemplo, de la ligera consuma dos o tres porque considera que apenas le aporta energía. Esto es un error, pues la diferencia energética no es tan grande como para triplicar su consumo. Es fundamental transmitir que los alimentos light también deben consumirse en cantidades moderadas.

Alimentos sin "azúcar añadido" y edulcorantes

Los edulcorantes constituyen un grupo de aditivos que ha suscitado una gran polémica. El principal problema se centra en determinar la dosis que garantice que no se va a producir ningún efecto dañino para la salud de la persona. Una cuestión nada sencilla, pues además tener en cuenta la IDA (ingesta diaria admisible), se ha de considerar la ingesta total de edulcorantes que una persona puede realizar a través de los diferentes alimentos que componen su dieta.

Alimentos para llevar un control de grasas

Los alimentos light obtenidos gracias a una reducción del contenido graso pueden ser útiles para diversificar la alimentación de quienes tienen que controlar la cantidad de grasas de su dieta, como en caso de quienes padecen hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, ciertos trastornos hepáticos o de la vesícula biliar, problemas pancreáticos y exceso de peso.

Los de mayor empleo en este apartado son la salsa fina tipo mayonesa ligera, margarina y mantequilla light, queso y jamón cocido bajos en grasa, leche, yogures, etc.

Alimentos para llevar un control de azúcares

Los alimentos obtenidos al reducir o eliminar la cantidad de azúcar común surgen para satisfacer la demanda de aquellas personas que por motivos de salud han de controlar el consumo de azúcares. Es el caso de la diabetes, de la hipertrigliceridemia, del sobrepeso y de la obesidad. No todos los alimentos en los que se incluye el mensaje "sin azúcar", "sin azúcar añadido", "con fructosa", "apto para diabéticos" son light o bajos en calorías.

¿Por qué es imprescindible leer las etiquetas?

A la hora de introducir alimentos light en la dieta siempre hay que leer los datos que indican las etiquetas, en especial en lo referente al etiquetado nutricional y la lista de ingredientes, que por ley se presentan en orden decreciente a su peso, es decir, el de más peso es el que primero aparece, incluidos los aditivos.

Comparar las características de los alimentos light y sus equivalentes tradicionales permite establecer si en verdad son adecuados o no a las necesidades de la persona, conocer la composición de lo que se está comiendo, así como la relación entre calidad y precio.