Un estudio de la Universidad de Extremadura indica que el Índice Cintura-Altura (ICA) resulta más adecuado, que el Índice de Masa Corporal (IMC) o el perímetro de cintura para medir el riesgo cardiovascular.
No solo importa la grasa, sino también dónde se sitúa.
Numerosas investigaciones médicas están cambiando la concepción que se tenía sobre la grasa abdominal. Ahora, no es solo algo antiestético, cuando se tiene en exceso; mucho más significativo es que ha resultado ser un importante factor de riesgo cardiovascular.
Estas conclusiones se sacan de una tesis del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Extremadura, realizada por el doctor Juan Manuel Urbano Gálvez y dirigida por los doctores Manuel Pérez Miranda y Luis Miguel Luengo Pérez, con el apoyo del Ministerio Portugués de la Salud.
En este estudio se han comparado, como indicadores de salud cardiovascular, el ya mencionado ICA (perímetro abdominal / altura) con el universalmente utilizado IMC (peso en kilos / altura en metros al cuadrado). También se ha incluido algún otro menos utilizado, como el mero perímetro de la cintura o la relación cintura / muñeca.
El resultado de la tesis, cuya realización implicó a 883 individuos, indica que el ICA es más apropiado que los otros, y en particular que el IMC, para medir el mencionado riesgo para la salud, ya que los problemas circulatorios dependen de la grasa abdominal, y no de la total que pueda haber en el cuerpo. Además, es más adecuado para cualquier segmento de población, teniendo en cuenta el sexo y la edad.
Quizá las personas en grupo de riesgo cardiovascular deberían acostumbrarse a medir la obesidad, no en kilos, ni en centímetros de cintura, ni siquiera en el más completo IMC, sino en el ICA (un índice por encima de 0,5 supondría el comienzo del riesgo, y tanto más cuanto mayor sea ese índice).
De esta forma, si conseguimos reducir dicha obesidad, el beneficio que obtenemos para nuestra salud se mediría más con el metro que con la báscula.