domingo, 18 de abril de 2010

LAS MADRES DESCONOCEN QUE ALIMENTAR BIEN A SU HIJO, AYUDA AL DESARROLLO INTELECTUAL



Según una encuesta realizada a más de 300 mujeres con hijos de 3-14 años de todo el territorio español, sólo un 42,6 por ciento de las encuestadas conoce la existencia de estos alimentos y respecto a los beneficios que esperan de ellos están relacionados con el crecimiento físico y con el intelectual.

Las madres encuestadas reconocen ser estrictas en cuanto a alimentación de sus hijos y un 90 por ciento de esta muestra manifiesta que al hacer la compra pone especial atención a los alimentos que contribuyen al desarrollo de los niños, los llamados alimentos funcionales.
Pero al preguntar qué alimentos adquieren habitualmente para el crecimiento de su hijo destacan alimentos tradicionales como la fruta (53,2 por ciento), verduras (49,4 por ciento) y lácteos (45,1 por ciento).

En cuanto a los beneficios y efectos que esperan que este tipo de alimentos les aporten a sus hijos diferenciamos dos grandes grupos en cada caso: en cuanto a nutrientes, la mayoría de las encuestadas (42,6 por ciento) esperan un aporte de vitaminas y en segundo puesto esperan una contribución de calcio (27 por ciento), y en lo referente a efectos el 30 por ciento de las encuestadas esperan una buena salud y el 24,1 por ciento que ayuden al crecimiento.

"Sólo un 3,8 por ciento de las madres espera que uno de los efectos sea potenciar el desarrollo intelectual de sus hijos".

Los beneficios que las madres consideran más importantes, son "Ser más listo" que ha alcanzado la primera posición con un 3,25 por ciento rozando con la cifra de "Ser más fuerte" con un 3,11 por ciento. "Ser más activo" ha obtenido un 3,06 por ciento seguido de "Ser más alto" con un 2,85 por ciento y la última posición ha sido para "Ser más delgado".

"Hay nutrientes requeridos por el cerebro que no fabrica el cuerpo humano por si solo, y que son básicos para el desarrollo intelectual durante las etapas cruciales de crecimiento de los más pequeños, como es el caso del ácido graso DHA" .


En la preferencia de las madres, hacia los alimentos que dan a sus hijos están;

El 56,5 por ciento de las madres coinciden que los lácteos ayudan al crecimiento físico seguido de la fruta y verdura (47,3 por ciento). Respecto al crecimiento intelectual 46 por ciento de las madres confirman que alimentos como la carne/pescado/huevos es el grupo que más potencia este desarrollo seguido de la fruta y verdura 35,9 por ciento.

Cuando se les pregunta directamente si sabían que los nutrientes esenciales (grasas saludables, minerales o vitaminas) contribuyen tanto al desarrollo intelectual como al físico sólo un 42 por ciento reconocen saber que pueden potenciar el intelecto de los más pequeños mientras que un 62,4 por ciento estaban informadas que ayudan al desarrollo físico.

Las madres desconoces los beneficios de las grasas saludables

El nivel de conocimiento sobre las "grasas saludables", nutrientes esenciales para la dieta del grupo de las grasas insaturadas como el Omega 3 y los ácidos que lo componen (DHA y EPA), es alto pero desconocen sus beneficios.


Un 75 por ciento de las madres conocen la existencia estas grasas y un 58 por ciento de estas madres conocen sus beneficios. Un 51 por ciento de estas madres dan este tipo de alimentos enriquecidos con grasas saludables, pero sólo un 28,3 por ciento de las madres ha oído hablar del DHA uno de los ácidos que componen el Omega 3 que se puede encontrar en muchos alimentos.


Las madres se preocupan sobre la alimentación de sus hijos y son exigentes a la hora de hacer la compra.

Pero se observa un gran desconocimiento sobre el hecho que hay alimentos, que pueden favorecer al crecimiento intelectual de los niños.

Los beneficios que aportan este tipo de alimentos en los niños es una asignatura pendiente de las madres así como el conocimiento de los nutrientes que contribuyen al intelecto de los más pequeños.

Una buena alimentación ayuda en el desarrollo físico e intelectual.


No sólo es necesario comer bien para crecer fuerte y sano, sino que hay que comer bien para pensar mejor.