miércoles, 5 de agosto de 2009

25 CONSEJOS PARA UNA VIDA SANA DEL ENDOCRINO Y PROFESOR ANTONIO ESCRIBANO

 1 - Dormir al menos 7-8 horas diarias. Es bueno madrugar y acostarse temprano. Si es posible, dormir una breve siesta (10-15 minutos).

2- Hacer ejercicio físico frecuentemente. Lo mejor es caminar alrededor de 1 hora/día entre 4-6 días por semana para totalizar entre 18-22 días al mes. Es interesante incluir también la práctica de algún deporte o actividad tipo Yoga o Tai-Chi.

 
3- Caminando según la indicación del punto anterior, gastaremos entre 75.000 y 90.000 kilocalorías al año. Lo que supone perder entre 8-10 kilos de grasa solamente por este concepto. Además, mejoraremos nuestra salud a todos los niveles.


4- No canalizar la ansiedad, el estrés y el aburrimiento hacia la comida. Si a estas tres situaciones le enseñamos el camino de la comida para aplacarlas, se lo van a aprender de forma muy rápida y cada vez que las sintamos comeremos sin freno.


5- Alcanzar un peso óptimo y estar pendiente de mantenerlo. Controlar el peso frecuentemente y corregir de inmediato cualquier desviación. Siempre bajo los consejos de un especialista en Endocrinología y Nutrición.
  
6- “Un día es un día”. Sí, siempre que no sea el “primer día” de una secuencia de varios días, podremos otorgarnos un permiso “ilimitado” para comer lo que queramos.
 
7- Hidratarse adecuadamente. Ello no significa beber agua continuamente ni calmar el apetito a base de agua. Hay que beber para no tener sed y tener cuidado en situaciones especiales (calor, ejercicio físico, patologías, edades tempranas y tardías, etcétera).


8- Tener mucho cuidado con el alcohol. Acostumbrarnos a calmar la sed con agua y “degustar” otro tipo de bebidas, pero siempre con mucha moderación.

9- Administrar con mucho cuidado los postres dulces. No hacer del postre la razón de la comida y considerarlo más excepcional que habitual.

10- Usar la gastronomía para saborear y disfrutar de los alimentos, pero no para perjudicarse. Hay que comer a favor y no en contra de uno mismo.


11- No tomar como referencia lo que comen los demás, sino lo que uno necesita. Si aumentamos de peso es porque comemos más de lo que necesitamos, aunque sea menos de lo que comen otros.


12- Comer de todo y con la frecuencia recomendada por las instituciones sanitarias. Planificar la alimentación de forma semanal-quincenal. Estar pendiente de lo que se come y preferir lo que “sea bueno” para nosotros, antes de lo que “esté bueno” y nos guste más. Es muy probable que nuestro entorno familiar (hijos, sobre todo) se deje influir en positivo o negativo sobre nuestra forma de alimentarnos.


13- Hay que acostumbrarse a usar frases con uno mismo como: “Me gusta pero no debo”. “No me gusta mucho pero debo comerlo”. “Está muy rico, pero me conformo con poco”...


14- Ser muy moderado en las cantidades. Nuestro organismo funciona mejor cuando comemos “bien y poco”. Está demostrado que se vive más y mejor comiendo pocas cantidades. Hay que huir de ser “avaricioso” a la hora de comer.


15- Es muy recomendable “comer despacio” y “masticar pausadamente” evitando “engullir” la comida. Cambiar este concepto por el de “saborear”.


16- Hay que procurar consumir poca sal y condimentos. Los condimentos deben ser “invitados discretos” y no protagonistas.

17- Consumir pan en poca cantidad. Alternar el consumo de pan blanco y pan de semillas. El pan por sí solo no debe ser la “estrella” de la comida.


18 - Mucho de lo que llamamos “hambre” o “necesidad” no son más que hábitos que nos perjudican y que desaparecen si nos lo proponemos.


19- La voluntad se “entrena” como un músculo. Mientras más la ejercemos, más fuerte es y más nos permite hacer lo que debemos. Quien maneja ese “entrenamiento” de la voluntad y la tiene “en forma”, hace lo que quiere.

20- Es muy recomendable almorzar y cenar temprano y establecer un periodo de 3-4 horas antes de irse a dormir después de la cena.


21- Tener cuidado con los alimentos “light”. Las calorías que ahorramos con su consumo las sumamos al ingerir más cantidad. A veces no son tan “light” y pueden no contener azúcar, pero sí mucha grasa.


22- Ser “elegante” y “discreto” a la hora de comer y “humilde” y “disciplinado” a la hora de seguir una dieta. Hay que huir de la soberbia habitual del “me lo merezco”, “tengo muchos compromisos” y “soy muy importante” como para estar pendiente de una alimentación equilibrada.


23- No estar todo el día pensando en lo que se va a comer, se ha comido o se está comiendo. Incluso en viajes, vacaciones, celebraciones, fines de semana..., se puede y se debe estar “pendiente” de lo que entra en nuestro organismo. Como hacemos con nuestra casa o nuestro coche, evitar que entren cosas que “ensucien” nuestra salud.


24- Antiguamente salíamos a cazar. Hoy salimos a comprar. Hay que hacerlo “invirtiendo” bien nuestro recursos. Valorar la composición de los alimentos que se compran y no hacer una “mala o ruinosa inversión”.


25- Una gran parte de la salud del día a día es el gran y valiosísimo “regalo” que va escondido en una buena alimentación. No es un sorteo, alimentándose bien, el “premio” es seguro.