sábado, 29 de marzo de 2014

¿POR QUE SE PUDRE LA FRUTA?



Un modelo matemático demuestra la hipótesis de que los microorganismos producen compuestos de mal sabor para que los animales no arrebaten su comida.
 

A todos nos ha pasado alguna vez, en la que hemos tenido que desechar alguna pieza de fruta apenas recién comprada o ya pasado algunos días, por su estado de descomposición.
Algunos científicos piensan que el proceso de que una fruta se pudra, es debido a una estrategia de defensa que poseen los microorganismos para librarse de nosotros. 
La idea, propuesta hace casi 40 años por el ecólogo Daniel Janzen aún no demostrada del todo, sostiene que las bacterias y los hongos estropean los alimentos para mantener lejos a los animales de gran tamaño, como los humanos, e impedir que les arrebaten su sustento. 
Los microorganismos no surgen de la nada para estropear los alimentos, sino que han evolucionado para hacerla poco apetecible para los grandes animales (por ejemplo, mediante la producción de compuestos de mal sabor) y poder conservarla para sí mismos. 
Las frutas se pudren, las semillas adquieren moho y la carne se estropea porque esa es la manera que tienen los microbios para competir con los organismos de mayor tamaño.
El sabor repugnante de una fruta podrida, a su juicio, era un efecto fortuito de su descomposición por los microbios.
Casi cualquier microbio podía llegar a cualquier parte, comenta David Wilkinson, uno de los autores de esta nueva investigación, de la Universidad John Moores de Liverpool.
Cualquier fruta podrida puede ser colonizada por todos los tipos de microorganismos posibles. 
En esas condiciones, los microbios que hubieran evolucionado para estropear la comida siempre presentarían una desventaja con respecto a otros que se aprovecharían de los beneficios sin tener que invertir ningún esfuerzo ellos mismos, que acabarían entonces imponiéndose.


El nuevo modelo difiere en que los microorganismos no avanzan tan fácilmente y predice que incluso en el caso extremo de que la pudrición conlleve un elevado coste, los microbios siguen manteniéndose y resultando viables.
Si el microorganismo que pudre la comida llega primero al manjar, puede mantener a todos los demás acorralados. Por tanto, siempre y cuando haya suficiente alimento, prosperará.
Wilkinson advierte que todavía se necesita demostrar con experimentos los supuestos del nuevo modelo. Sugiere que los biólogos deben tratar de averiguar qué microorganismos llegan a una fruta o un animal muerto a lo largo del tiempo.