sábado, 12 de febrero de 2011

QUE EL NIÑO ELIJA QUE VERDURA COMER

Con tan sólo permitir a un niño pequeño elegir libremente qué verdura le gustaría comer, ayudaría a aumentar el consumo de estos alimentos en la población infantil, según han comprobado investigadores de la Universidad de Granada.

El estudio destaca, que el sabor amargo del calcio, muy presente en verduras como las espinacas y acelgas, la col, la cebolla, el cardo o el brócoli, puede ser un factor sensorial que influye muy negativamente en el consumo infantil.

Los autores de dicho estudio, analizaron los principales factores determinantes del consumo de verdura en niños menores de 6 años, evaluando la eficacia de una estrategia denominada "Provisión de elección", que consiste en permitir a los pequeños elegir en cada comida qué tipo de verduras deseaban tomar.

Los investigadores trabajaron con 150 niños en las aulas de 4 colegios públicos de Granada, a quienes se les dio la oportunidad de elegir la verdura que querían comer durante la comida.

  • Los investigadores comprobaron que con esta 'técnica' el consumo de verduras aumentó hasta un 80%.

  • Observaron además que aquellos niños a quienes se les permitió elegir los vegetales que deseaban comer ingirieron 20 gramos más, lo que supone una media de 40 gramos más al día entre comida y cena.

  • La cantidad que se les sirvió, fue de una ración considerable de 150 gramos.

La autora principal de esta investigación, pionera en España, es Paloma Rohlfs Domínguez, del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada.

Con este trabajo también se ha revelado, que la sensibilidad de los pequeños hacia el sabor amargo de los glucosinolatos contenidos en las verduras, indicado por la sensibilidad hacia el componente químico 6-n-propylthiouracil (PROP), puede ser una de las causas de que muchos niños rechacen las verduras.