domingo, 2 de septiembre de 2012

LA ALIMENTACIÓN ACTUAL DE LOS ESPAÑOLES SEGÚN GREGORIO VARELA


En esta entrevista, el catedrático de Nutrición Gregorio Varelas, nos asegura entre otras cosas, que los problemas de alimentación en España se deben a la desinformación.
 
-¿Qué factores han intervenido para el cambio de dieta de los españoles? Tanto para bien como para mal...
-Han cambiado muchas cosas para bien. Por ejemplo, la disponibilidad alimentaria para el conjunto de la población, salvo bolsas de pobreza
Hay suficiente variedad de productos a disposición aunque esto no significa que la dieta sea muy variada, porque muchas veces los jóvenes incluyen malos y pocos alimentos en su comida. 
Pero es positivo que ahora tomemos más pescado que nuestros abuelos o padres y también más frutas y verduras, no tantas como los nutricionistas queremos, pero más que antes.
Para mal es que hay abandono de grupos de alimentos básicos como los cereales. También el pan ha sufrido, porque existe la percepción de que engorda. Al ser un alimento básico y barato, cuando en España aumentó el nivel de calidad de vida, se fue abandonando su consumo y el de las legumbres.
-¿Es decir, que cuando se tiene más dinero se come peor?
-En muchas ocasiones es así. Siempre digo que cuando la gente empieza a tener más dinero en el bolsillo no dice que se va a comprar 5 kilos de acelgas o de lechugas, porque se intenta comer lo que no ha podido. 
Se inclinan más a comprar alimentos ricos en grasas, en proteínas de origen animal. No pasa solo en España, sino que es algo mundial.
-¿Cómo se educa a las personas para que entiendan el balance entre buena dieta y actividad física?
-En tiempos de crisis, hablar de bancos es mal ejemplo, pero esto es como una cuenta bancaria y siempre tiene que haber un balance
Por un lado hay un problema en que la gente no sabe cuáles son sus necesidades de nutrientes y ante esta falta no se puede armar una buena dieta. 
También desconocemos el gasto energético diario y no está bien cuantificada la actividad física (no el deporte) en España.
  
-¿Cómo se conocen estos datos?
1. El principal componente del gasto energético lo tenemos en el metabolismo basal, que representa el 65% del total diario de energía utilizado para hablar, para que la sangre circule, para las necesidades básicas.
El metabolismo es el que es, no se puede modificar.
2. También debemos conocer el gasto de energía con ejercicio, que este lo podemos modificar.
3. El último componente por conocer es el esfuerzo energético que realiza cada cuerpo al absorber los nutrientes de los alimentos.
No sabemos cómo se modifican los nutrientes si hacemos un proceso culinario u otro; o la cantidad de aditivos necesarios para conservar los alimentos. 
-Ha dicho que la obesidad en España está empezando a alarmar. ¿Cómo detener su avance?
-Ya es alarmante. El dato está en un 30% sumando sobrepeso y obesidad en la población infantil.
Y los principales agentes en la prevención de la obesidad infantil son las redes de ciudades saludables. Los programas comunitarios son los que tienen más éxito a nivel mundial. El problema es que en España son bastante recientes y todavía no se ha podido ver todo su impacto y recorrido.
¿Qué hace falta? Capacidad política y liderazgo, no solo para implantar un programa sino continuarlo y evaluarlo, que es lo que falla aquí. Empezamos muchas cosas, se dejan y nunca sabemos cuál es el impacto.
Soy municipalista convencido, porque los municipios tienen mayor contacto con los ciudadanos. Saben si hay mercados tradicionales para hacer la compra o si para acceder a los servicios se va andando o en coche.

 -También hay otro tipo de políticas, como aumentar los impuestos a productos menos saludables, según han probado algunos países...
-Sí, pero hay un gran debate, a veces funciona y otras no. Creo que hay que agotar todas las posibilidades en términos de educación y formación. Si aún así se fracasa habrá que adoptar otras medidas.
Dinamarca ha puesto políticas de tasas sobre la mantequilla y otras cosas, pero se ha abierto un debate y no saben si volver atrás.
-¿Hay políticas positivas?
-Claro, hay que apostar por las subvenciones que favorezcan a los productos más saludables. Este modelo funcionó en los países nórdicos. 
Si no se consume fruta, hagamos medidas que provoquen que se consuma más.
-Existe la creencia de que la gente no hace la dieta mediterránea por ser muy costosa.
-Sí, es un tópico. Suelen ser más baratos los productos ricos en energía y más costosos los que tiene más nutrientes.
¿Qué es lo más barato?
Lo que no tiene relación con el modelo de dieta mediterránea tradicional. 
Pero ojo, la dieta mediterránea también engorda si no se hace con moderación. Engorda igual que otras dietas y es peor si no se realiza actividad física. 
En Italia pasó, porque hacían raciones más exageradas. 
La transmisión del mensaje nutricional es muy difícil.

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