viernes, 7 de diciembre de 2012

EDUCACIÓN NUTRICIONAL; LA BASE PARA LLEVAR UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE



En este artículo, Teresa Valero Gaspar, Directora de Información y divulgación científica de la Fundación Española de Nutrición, nos resalta la importancia de la Educación Nutricional en cualquier etapa de la vida, y aún más en la infancia.
Desde la Antigüedad, la nutrición se ha considerado un elemento importante en el mantenimiento de la salud y en la prevención de enfermedades

Habitualmente, se piensa en la educación nutricional y en la divulgación adecuada del mensaje nutricional como una manera de prevenir posibles desequilibrios alimentarios y futuras repercusiones en la salud del individuo.

Por tanto, se debe promocionar la salud mediante el aprendizaje, adecuación y aceptación de hábitos alimentarios saludables, de acuerdo con la propia cultura alimentaria y los conocimientos en materia de nutrición que se tienen hasta el momento.


Desde una perspectiva integral del concepto de salud (hábitos saludables, patrones dietéticos y hábitos higiénicos), la promoción de un estilo de vida activo puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas desde edades tempranas (infancia y adolescencia).

Uno de los marcos ideales para la aplicación de programas de educación nutricional es sin duda, la etapa escolar, ya que cuanta menos edad tiene una persona, más fácil es cambiarle sus hábitos alimentarios
 
En este caso, se puede aplicar desde distintos ámbitos:

La familia es un buen lugar para ejercerla, dado que el individuo desde que nace comparte la comida con el resto de la familia y existe una relación de proximidad y afecto entre los distintos miembros de la misma.
 Los centros escolares son un entorno social fundamental para los niños y los adolescentes, y se han realizado múltiples intentos para utilizarlos en la promoción de conductas saludables en la juventud, incluyendo hábitos alimenticios saludables y la práctica de actividad física.
El comedor escolar además de brindar una oferta de alimentos seguros y nutricionalmente correctos, puede aprovecharse como instrumento educativo. En muchos casos los niños realizan el almuerzo en el comedor escolar (la mayor parte de ellos comen en el comedor escolar 5 días por semana, durante 9 meses al año).

El aula también es, por tanto, un buen lugar para fomentar los conocimientos.

El entorno social que les rodea, teniendo en cuenta la disponibilidad de alimentos, creencias religiosas y tradiciones, publicidad y medios de comunicación…
 
Además de este grupo de población, existen otros específicos en los que se debe llevar a cabo una educación nutricional como son:

  • La población en general (usando la restauración colectiva como campo de elevado impacto social incluyendo una oferta variada y saludable para las poblaciones usuarias de la misma).


  • Las mujeres durante el embarazo y la lactancia (se deben definir las pautas dietéticas correctas para asegurar un aporte de nutrientes para un crecimiento y desarrollo adecuado del feto, además de hacer hincapié en la promoción de las ventajas de la lactancia materna). 


  • Las personas de edad avanzada (pautas dietéticas para el mantenimiento de un adecuado estado nutricional que puede verse afectado por los cambios fisiológicos del envejecimiento y la situación familiar, social y económica).


  • Las personas discapacitadas (teniendo en cuenta a los miembros de su entorno –padres, cuidadores, profesores- y un equipo multidisciplinar para identificar las necesidades individuales de cada sujeto y plantear estrategias de actuación más correctas en cada caso).


  • Los individuos con determinadas patologías como diabetes mellitus, enfermedad celiaca, obesidad…etc