viernes, 11 de diciembre de 2009

LA OBESIDAD INFANTIL ADELANTA LA APARICIÓN DE INFARTOS A LOS 30 AÑOS



Un niño obeso acabará siendo muy probablemente un adulto obeso.

Según comentan varios expertos reunidos en La Toja, en el simposio de "Nuevas fronteras en Obesidad y Nutrición" , organizado por el Centro de Investigación Biomédica sobre Obesidad y Nutrición;

No habrá que esperar a que el chico llegue a la mediana edad para sufrir las consecuencias de la acumulación de grasa: hipertensión alta o diabetes tipo II son enfermedades propias de adultos que hasta hace no mucho nunca se habían visto en la infancia, pero que ahora se diagnostican cada vez debido sobre todo a la obesidad.

La obesidad no solo va a incrementar la mortalidad, sino también la morbilidad (más enfermos), porque ahora a los 30 años aparecerá gente con un infarto o un problema renal», constata Empar Lurbe, jefa del servicio de Pediatría del Hospital General de Valencia e integrante de la unidad de referencia en riesgos cardiovasculares en niños ligados a la obesidad.


La obesidad es una enfermedad y hay que centrar los esfuerzos en la prevención desde la infancia.


Actualmente todos vemos como «estamos reproduciendo el modelo de Estados Unidos, hacemos exactamente lo mismo, y casos de obesidad mórbida en niños que antes veíamos en Estados Unidos y que pensábamos que aquí no iban a ocurrir, pues los estamos viendo ahora en España».


El problema no es ya solo que los pequeños sean obesos, sino que cada vez lo son más y a edades más tempranas.


«Nos estamos encontrando casos de niños obesos en el primer año de vida», explica la pediatra Rosaura Leis, quien advierte de la necesidad de intervenir ya en niños de 2 a 5 años para someterlos a control y evitar el exceso de peso.