domingo, 9 de noviembre de 2014

LA LECHE; ¿AMIGA O ENEMIGA?

En lugar de la reducción de las fracturas, un estudio sugiere que hay un aumento del riesgo de enfermedades cardiacas y de cáncer.
Beber grandes cantidades de leche podría ser malo para la salud, según un nuevo estudio.
Desde siempre se nos ha informado, que el calcio de la leche puede ayudar a fortalecer los huesos y a prevenir la osteoporosis. Esos beneficios para la salud ósea, han llevado a las autoridades sanitarias de EE. UU. a recomendar, la leche como parte de una dieta saludable desde hace tiempo.



Este nuevo estudio, liderado por por Karl Michaelsson, profesor del departamento de ciencias quirúrgicas de la Universidad de Uppsala, en Suecia ,ha demostrado que beber grandes cantidades de leche no protegió a los hombres ni a las mujeres contra las fracturas óseas, y se asoció con un riesgo general más alto de muerte durante el periodo de estudio.
  • Las mujeres que bebían 3 vasos de leche o más al día tenían un riesgo de casi el doble de muerte y enfermedades cardiovasculares, y un riesgo un 44 % más alto de cáncer, que las mujeres que bebían menos de un vaso al día.
  • El riesgo general de muerte de los hombres aumentó en aproximadamente un 10 % cuando bebieron 3 o más vasos de leche diaria.

El estudio contó con más de 61,000 mujeres y 45,000 hombres en Suecia que previamente rellenaron unos formularios dietéticos para otros proyectos de investigación, las mujeres a finales de los años 80 y los hombres en 1997. Todos tenían más de 39 años de edad.
Los investigadores compararon sus hábitos de consumo de leche con los datos sobre la salud de las autoridades suecas, para ver si el consumo de leche podría estar vinculado con el riesgo de muerte o de problemas para la salud.
Además, beber leche en exceso pareció en realidad aumentar el riesgo de una mujer de sufrir fracturas de huesos, en comparación con las mujeres que bebían menos leche.
El riesgo de cualquier fractura ósea aumentó en un 16 % en las mujeres que bebieron 3 o más vasos al día, y el riesgo de rotura de cadera aumentó en un 60 %.
Michaelsson y sus colaboradores dijeron que el aumento del riesgo de muerte que observaron podría explicarse por los niveles altos de azúcares presentes en la leche, concretamente la lactosa y la galactosa.
Se ha mostrado que la galactosa envejece de manera prematura a los ratones en el laboratorio y el azúcar de la leche fomenta la inflamación.

Por el contrario, una ingesta alta de productos lácteos fermentados con un contenido bajo en lactosa (como el yogurt y el queso) se asoció con unas tasas reducidas de mortalidad y fracturas, sobre todo en las mujeres.