domingo, 3 de enero de 2010

¿QUEDA MUCHO MÁS PESCADO EN EL MAR?



Actualmente se recomienda a los consumidores que aumenten el consumo de pescado para evitar enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, ¿deberían preocuparse los consumidores por los aspectos morales relacionados con la ingesta de pescado silvestre? Y ¿es el pescado de piscifactoría una alternativa saludable?

El pescado y el marisco son buenas fuentes de proteínas y de vitaminas y minerales esenciales. Las recomendaciones alimentarias para la mayoría de la población europea aconsejan el consumo de una o dos raciones de pescado azul (ej. salmón o caballa) a la semana. Estas recomendaciones se basan en que se sabe que el pescado azul es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3 que son beneficiosos para la salud cardiovascular y el desarrollo fetal.

En las últimas décadas, el consumo de pescado ha aumentado considerablemente a nivel global.

En la Unión Europea (UE), las cifras de captura de pescado han disminuido pero su consumo ha aumentado un 10% como mínimo en relación con la última década gracias al pescado de piscifactoría. Actualmente, se estima que alrededor de las dos terceras partes del pescado que se captura en la UE es silvestre.Entre los pescados que más se producen en piscifactorías están el salmón, la trucha arco iris y la carpa, mientras que el pescado capturado en estado silvestre incluye el arenque, el atún, la caballa y las sardinas.

En el caso del pescado silvestre, el contenido nutricional y los niveles de sustancias contaminantes dependen de muchos factores que no son fáciles de controlar, como la especie, la temporada, la dieta, la situación, la etapa vital y la edad. El pescado que se encuentra en niveles superiores de la cadena alimentaria (como el salmón, el atún o el pez espada) puede acumular cantidades de agentes contaminantes. En el caso del pescado criado con técnicas de acuicultura – o métodos de piscicultura – puede controlarse de forma más estricta su alimentación y existen reglamentos muy estrictos de la UE en relación con los contaminantes que pueden presentar.

El valor nutritivo del pescado de piscifactoría en comparación con el silvestre

El pescado de piscifactoría recibe una alimentación controlada, habitualmente a base de aceite y harina de pescado. Esta dieta no está sujeta a las variaciones estacionales halladas en las dietas del pescado silvestre. Por consiguiente, los estudios han comprobado que los niveles de lípidos del pescado de piscifactoría son más constantes que los del pescado silvestre.

La harina de pescado utilizada para alimentar a los peces depredadores, como el salmón, suele proceder de pescados que no se utilizan para el consumo humano, como el capelán o el espadín. Últimamente, se utilizan cada vez más fuentes vegetales de harina de pescado, aunque esto podría reducir la cantidad de ácidos grasos omega-3 presente en el pescado de piscifactoría. Para compensar este efecto, se puede utilizar una dieta derivada del pescado en las últimas semanas.

La sostenibilidad del pescado para los consumidores

Se estima que, si continúan las prácticas pesqueras actuales, las reservas de pescado se reducirán drásticamente en los próximos 40 años. En el área marina de la UE, sólo el 10% de las reservas de pescado son sostenibles. Está claro que el pescado de piscifactoría podría representar la solución para satisfacer la demanda de un modo sostenible.

A pesar de que hay estudios científicos que demuestran que no existen diferencias sensoriales entre el pescado silvestre y el de cultivo, los consumidores tienden a percibir que el pescado silvestre es más saludable y sabroso que el de piscifactoría.

Sin embargo, este último tiene ventajas como, por ejemplo:

· Provisión regular

· Contenido nutricional consistente

· Estrictos controles de la producción

· Precios más baratos y estables

· Trazabilidad

El pescado de piscifactoría es una alternativa viable para cumplir con las recomendaciones nutricionales que sugieren aumentar la ingesta de pescado.